En la primavera de 2014, Raúl Álvarez todavía no había abierto su centro de buceo en la Costa Brava. Se desplazó hasta Tossa de Mar para realizar una inmersión con la idea de sacar fotografías subacuáticas en una zona rocosa de la isla de Sa Bauma, un lugar muy conocido por los buceadores de la zona debido a la gran red de pesca que yacía sobre el fondo marino. Tras varios disparos, Raúl consiguió capturar el instante en que un pez, todavía con vida, se movía en el interior de la red. “La foto era muy bonita”, recuerda el propio Raúl.
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Redes Fantasma
TOSSA DE MAR, GIRONA
Raúl Álvarez, Presidente de Ghost Diving Costa Brava
Sin embargo, al volver a verla se dio cuenta de que aquella fotografía tan bella en realidad estaba enmarcada en un entorno tétrico: un cementerio. Ese momento fue fundamental para que Raúl Álvarez decidiera liderar el proyecto Ghost Diving Costa Brava, que hoy cumple 5 años luchando contra las redes fantasma en el Mediterráneo. Desde aquella primavera, Raúl se hace la misma pregunta una y otra vez: “si estoy viendo la red, ¿por qué no sacarla yo mismo?”
AMENAZA CONSTANTE
Tortugas, delfines, ballenas y todo tipo de animales que se mueven por la superficie del Mediterráneo pueden ser atrapados por redes fantasma, quedando expuestos a los depredadores, que, cuando comen, también suelen quedar atrapados. “Es un ciclo de muerte continuo”, advierte Raúl Álvarez, que también destaca la capacidad de seguir matando que tienen estas redes una vez descansan sobre el fondo marino. “Continúan degradándose hasta convertirse en microplásticos que se integran en la cadena trófica y que, tarde o temprano, llegan a nuestra comida”.
NO BIODEGRADABLE
El principal culpable del problema de las redes fantasma es el hilo de nailon del que están hechas. Un material que también resulta muy nocivo para el medio ambiente, ya que tiene una degradación lenta y termina convirtiéndose en microplásticos. “Deberíamos utilizar un material innovador, económico y que tenga una tasa de degradación mucho más rápida que los más de 500 años que tiene el hilo de nailon”.
COLABORADORES IMPRESCINDIBLES
“Cada vez hay más pescadores interesados en colaborar con el proyecto”, señala Raúl, que insiste en la importancia que tiene su colaboración para que Ghost Diving Costa Brava pueda seguir trabajando en la extracción de redes fantasma: “Son los pescadores quienes nos informan de los puntos donde han perdido redes. Para nosotros sería muy difícil localizar las redes sin su ayuda”. Por ello, desde Ghost Diving Costa Brava el foco está puesto en encontrar soluciones y no en buscar culpables: “No hay que señalar a los pescadores, porque una red perdida es dinero perdido para ellos también. El único culpable que hay es el material de la red”.
CUESTIÓN DE RESPONSABILIDAD
El respeto y el cariño por el medio marino son dos valores fundamentales del buceo responsable que promueve Ghost Diving Costa Brava. “El objetivo es evitar convertirnos en turistas subacuáticos”, afirma Raúl Álvarez. El proyecto realiza varias inmersiones al año en las que cada buzo recupera entre 150 y 200 kg de redes. La colaboración ciudadana en cada extracción crece cada vez más y resulta esencial para el proyecto. Una muestra de la mayor concienciación social que existe, afirma esperanzado Raúl Álvarez: “Hay motivos para ser optimistas, porque cada vez nos cuesta menos explicar esta problemática. Si la gente conoce el daño que producen las redes fantasma, van a querer combatirlo de todas las maneras posibles”.